martes, 11 de diciembre de 2012

Solo cambia de lugar.


Conocía sus temores y sus aspiraciones. Sabía que cuando tenía miedo el labio inferior le temblaba y que con cogerle la mano se tranquilizaría. Habían compartido muchas cosas hace tiempo, incluso compartieron sus vidas en un momento. Parecía que ambos lo habían superado, cada día era un día normal, sin recuerdos dolorosos o satisfactorios, ya han pasado quince años. Pero cada vez que ella siente miedo él le agarra la mano para tranquilizarla, como hacía antaño, lo que hace que a ambos se les forme un molesto nudo en la garganta. Los recuerdos invaden sus cabezas, recuerdos de los que no se pueden librar, el saber que el otro conoce el 99% de tu ser. Este es un mero ejemplo de que los recuerdos nunca van a desaparecer, siempre van a estar ahí, al igual que el amor, que nunca desaparece, solo se cambia de lugar en el corazón.

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