viernes, 30 de noviembre de 2012

¿Novio? ¿Qué es eso? ¿Se come?


Todas las chicas que tienen cabello largo tienen novio, haha qué chiste, igual que el “seguro que te dejas crecer el cabello por ese chico, ya que su tipo de chica es con cabello largo”. Las personas que dicen eso se merecen un sillazo en la cara. Primero, conseguir novio no es tan fácil como te lo pintan los cómics shôjo y las series, en los que hasta la pardilla rata de biblioteca a la que se le caen las cosas siempre y lleva la falda por los tobillos consigue ligar, esa “chica de shôjo” consigue ligar y tú no, ¿qué es lo que pasa? Te miras al espejo y te preguntas “¿qué es lo que me falta?” El año se acaba y la cuenta atrás amenaza con finalizar, lo único que te va a quedar en recuerdo de este año es el amargo sabor del turrón caducado que por error tu abuela coló en la cena de Navidad. Ya es cuando te planteas si vas a tener pareja para San Valentín y comienzas a odiar la fecha porque temes pasarlo sola. Piensas que debes bajar el listón, eres muy exigente y deberías primero buscar a alguien más sencillo que tu complejo tipo de hombre, pero ¿y si no encajas con alguien sencillo? ¿Y si necesitas a alguien complicado? Aspiras a salir con alguien como ese chico de 2º año de Bachillerato de Letras que es alto, de cabello castaño y con melenita, guapo y delgadito pero en forma, aparentemente inteligente y maduro. Pero claro, también te has fijado en otro, y no sabes a quién elegir. Ambos son totalmente opuestos, pero siguen siendo igual de complejos. Sabes que tendrías más posibilidades con el otro chico, pero hay obstáculos, bastantes obstáculos. Con tu otro “príncipe” no sabes si tendrías tantos, pero si tienes probablemente serían menos. Qué complicado todo, ¿eh? Meditas sobre la situación y prefieres dejar las cosas como están, no involucrarte demasiado no vaya a ser que la cagues, pero también sabes que si no te involucras en el tema nada ocurrirá, sin embargo te decantas por lo primero. Y así, a lo tonto, Feliz Año Nuevo, moza, te has pasado pensando y sin actuar demasiado tiempo.

domingo, 18 de noviembre de 2012

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Supongo que te preguntarás qué tal estoy. Estoy bien, aunque no lo parezca. Cada día te echo más de menos y  por mucho que lo desee no puedo volver al pasado para verte de nuevo. Dicen que el pasado no puede editarse, dicen que lo que hay que hacer es aceptarlo, pero a mí me gustaría editarlo. Si pudiera volver a esa noche, si pudiera hacer algo para que no ocurriese... No me importa el precio que deba pagar, simplemente quiero volver a estar contigo, que volvamos ser lo que un día fuimos y llamar las cosas por su nombre. Últimamente siento que ya nada me importa, porque lo que más me importaba eras tú y te perdí.¿Sabes? Me es difícil querer a las personas, nadie me contó que después de esa noche esto me ocurriría, cuando lo pierdes todo cambias, y tú eras mi todo. Me he vuelto distante, callada, solitaria; lo que antes no era. Recuerdo ese día como si fuera ayer, recuerdo esa semana como si acabara de finalizar. Aquellas palabras que pronunció la doctora hicieron que mi mundo se desplomase, para mí ese día fue el fin del  mundo. Todo ha sido demasiado rápido. ¿Cómo quieres que lo acepte? Nunca aceptaré el pasado por mucho que quiera. Pensar en que sólo tengo dieciséis años y que me queda una larga vida sin ti hace que me  desplome, últimamente me entra bastante la bajona por eso. No sé que va a ser de mi vida, ¿quién cuidará ahora de este voluble ser? ¿Quién le hará confiar? ¿Quién le enseñará a querer?

Doy la vida por ti, aunque no te conozca, perteneces a mi patria.



"Yo era lo que nadie más quería ser
Yo fui donde nadie más quería ir
Yo terminé lo que nadie más quería empezar
Yo nunca pedí algo a los que nunca dan nada
Yo miré al terror a la cara
Yo sentí el escalofrío del temor
Yo me regocijé en momentos de amor
Yo lloré, sufrí y tuve esperanza
Pero sobre todo:
Viví esos momentos que otros dicen que es mejor olvidar.
Cuando llegue mi hora
Yo podré decir a lo demás que estoy orgulloso de ser lo que he sido;
un soldado"






Crónicas sobre unas galletas de canela y vainilla.



Hace unas semanas hice mis primeras galletas, no quedaron como esperaba pero a ellos les gustaron. Aparentemente tenían buena pinta, las mordías y te dejabas los dientes, así que había que morderlas de lado; con las muelas. De sabor estaban ricas, de hecho uno de los que comía galletas me puso un 7 de nota ya que el sabor era bueno. Había cuatro tipos de galleta: Una cruz, una luna, los pececitos y las galletas redondas. Las últimas las hice por comodidad. Comencé con la masa a las 16:53 y terminé de hornearlas y separarlas en tuppers a las 19:00 pm. ¿Por qué tardé tanto? Porque no tengo moldes e hice las formas de las galletas con un cuchillo muy afilado. Que se note que estoy en el bachillerato de artes plásticas, eh. Las galletas redondas fueron más fáciles de hacer, pero no os voy a contar mi secreto—hohohohohoho— bueno, en verdad las hice con algo que podría catalogarse como molde auxiliar, ¿sabéis estos vasitos de cristal de los yogures de La Lechera? Pues es una buena manera para hacer galletitas redondas. Os preguntaréis ¿por qué una cruz, una luna, los pececitos y las galletas redondas? Bueno, lo más probable es que no te lo preguntes, pero me hacía ilusión escribirlo. La cruz y la luna eran para dos personas (también cogieron de las redondas, si mal no recuerdo), las galletitas redondas las hice para quien quisiera coger,  y luego  los pececitos eran por una promesa y es una historia muy larga. La segunda vez que hice galletas salieron mejor, una moza llamada Marina –a la que le di la galleta en forma de luna— me dijo que echase aceite y leche a la masa –en la receta no me decía nada—, y lo eché, quedé bastante contenta con el resultado ya que no estaban tan duras. Volví a hacer las galletitas en forma de pescado y las redondas. Las hice el miércoles de huelga, me encontraba mal y me quedé hasta las 17:00 pm en cama, luego me  levanté asqueada de estar encerrada y como ni me apetecía conectarme ni leer me puse a hacer las galletas. El día anterior Dan –quien me puso un 7— me preguntó “¿Cuándo vas a volver a hacer galletas? ¿La próxima semana, dentro de tres días, mañana, hoy…?” y le dije que a lo mejor hacía –“a lo mejor” porque pensé que no había azúcar o huevos en la nevera—. Al llegar a casa miré la nevera y abrí el armario donde está el azúcar, como había me propuse hacerlas el miércoles. Bueno, a lo que iba, cada vez que haga galletas para llevar al instituto haré en forma de pescado para Dan y quien quiera pedirme formas que me las pida, que es muy divertido hacerlas. Hasta la próxima crónica sobre galletitas, ya os contaré cómo han quedado, espero ir mejorando con el tiempo~

viernes, 16 de noviembre de 2012

5 kg de mazapán para olvidar.

Sócrates podía dormir con los jóvenes más guapos y prometedores de Grecia,
 ¿por qué yo no?

Mierda, el recreo se acaba y tienes que volver a clase. El problema es que tienes 15 minutos de descanso y tú eres tan gilipollas como para bajar al Mc Donald's que está en el culo del mundo, claro está que 10 de esos 15 minutos los pierdes bajando, cinco para pedir y otros diez para subir; ya  llegas tarde a clase. Subes agotado la gran cuesta mientras buscas el horario, pero claro, saliste con tanta prisa de casa que olvidaste la carpeta... sorpresa sorpresa, ¿qué asignatura es a la que llegas tarde? Entras corriendo por la puerta del edificio y buscas tu clase con la mirada, ves las luces encendidas "habrá alguien" y abres la puerta. "¿Se puede?" Preguntas, el profesor te mira de arriba a abajo y va a quitarte la falta de su cuaderno. Te sientas al lado de tus amigos y te fijas en el anillo de matrimonio que tiene tu profesor, es cuando piensas "¿ESTÁ CASADO?" pero te tranquiliza la siguiente frase "Si él pudo, yo también". La triste historia es que hace ocho meses que cortaste con tu pareja y nadie ha aparecido en tu vida en todo este tiempo, sólo te agregaban al Tuenti chonis que querían "conoserte y kedar". Pasa el tiempo y tú sigues con el pensamiento de "si ese profesor pudo, yo también" pero ves que no conoces a nadie que pueda llegar a ser especial, o eso o: a) Tiene novio/a b) Es homosexual (o heterosexual en los casos de los homosexuales que se fijan en heterosexuales). Es entonces cuando te entra la bajona, vas a morir solo y con la única compañía de una treintena de gatos, ¿quién va a hacerte la cena? Encenderás la tele aunque no quieras verla, sólo para escuchar una voz que haga amena tu solitaria vida, comerás turrones en soledad y no tendrás una mano amiga que agarrar en tu últimos momentos. Levantas la vista y ves que un chico/a te ha sonreído, te replanteas lo anterior, piensas que podrías llegar a ser feliz algún día, pero... ¿qué es la felicidad? Agachas la cabeza y vuelves a pensar que tu vida es una mierda y que sólo te apetece pegarte un atracón de dulces para  olvidar las penas.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La cosa va de gatos.


Cada vez que veo a un gatito callejero me dan ganas de llevármelo a casa. Me da pena pensar que están solos y que nadie les cuida, que se tienen que buscar la vida y comer de lo poco que encuentran o que les dan. Todos  necesitamos a alguien que nos cuide, sé que puedes vivir solo, pero todos merecemos y ansiamos cariño ¿no?

Hola moza, ¿te apetezco? Tengo tierras y ganado.



De pequeñas todas queremos ser princesas, llevar vestidos bonitos y tener por marido a un apuesto príncipe de metro ochenta, rubio y de ojos azules. No ha cambiado tanto, te estás haciendo mayor y aún deseas ser una princesa, ya que quieres que te traten bien, sigues queriendo llevar vestidos bonitos y sigues deseando un chico alto y guapo como novio. Cuando entras en la adolescencia te das cuenta de  lo de ser princesa no es tan fácil y lo que en la calle se entiende por princesa no es lo que tu entendías de pequeña. “Don Enrique es abogado y su mujer una princesa” de pequeña te podrías imaginar a un hombre trajeado con maletín y a su hermosa esposa con una tiara de diamantes en la cabeza, ahora piensas que Don Enrique es un pobre desgraciado, bajito y con alopecia que está casado con una mujer con muchos diamantes y que tiene la piel más dura que la antagonista de Catwoman de la película de Halle Berry (si recordáis bien, tenía la piel dura por las cremas). ¿Sigues queriendo ser una princesa? Entrando en términos de realeza tampoco te gustaría ser una, ¿llevas toda tu vida mascando el chicle con la boca abierta y vas a respetar el protocolo? No puedo decir nada de los vestidos bonitos porque eso ya entra en los gustos de cada una, a ti te puede parecer bonito un vestido de Balmain y a la otra uno del Freshca a.k.a Bershka. Pasemos al prototipo de príncipe azul, aunque nunca he entendido eso de “azul”, de hecho conozco la expresión por la canción de La Bella Durmiente “Eres tú el príncipe azul que yo soñé” si mi memoria no me falla, decía eso. Prescindamos de la extravagancia del príncipe azul y vayamos directos al grano: No existe tal hombre en la faz de la Tierra. El príncipe azul de Aurora no fue tan caballeresco en la vida real como en el cuento de Disney, no os destripo la historia por si os interesa buscarla en Google. Por no mencionar que el metro ochenta de tío bueno, rubio y de ojos azules sólo lo vas a encontrar en el extranjero, cariño, esto es España. Como en cualquier lugar hay gente fea, normal (o del montón), guapa y modelos. Sí, modelos es otra categoría, porque yo no veo gente con esos rasgos por la calle, ¿dónde os escondéis?...
Yo me incluyo en ese montón de niñas que deseaban un príncipe como el de Aurora o el de Blancanieves, pero a medida que creces tus gustos van cambiando… hasta que dejas de darle importancia a todo. Muchas veces me han preguntado por mi “prototipo de hombre”, ¿pero qué voy a decir? Guapo, inteligente, con trabajo, con estudios, amable, divertido y todos los adjetivos buenos que le puedas echar… Eso solo existe en la IMAGINACIÓN o en los libros. Hasta hace poco tenía un “prototipo” pero hubo un día en el que todo dejó de importarme. +¿Qué tipo de té prefieres?, verde, negro, blanco, rojo… Me da igual. à Esa expresión se ha convertido en una especie de comodín “me da igual”. Antes, cuando me preguntaban por mi tipo de hombre, podía decir muchas cosas, ahora es simplemente “que no sea ni más flaco ni más bajo que yo”, ya que en eso es en lo primero que me fijo, luego hay otros factores, como el rostro; si me parece guapo o no, seguido de unas cuantas cosillas que querría saber sobre él: si fuma, qué aspiraciones tiene, qué ha estudiado... lo típico. Cierto es que siempre me he sentido más a gusto con lo que tienden a ser un poco  tímidos, pero ese es otro tema. El caso, cuando pasas la infancia y llegas a ser un adulto te das cuenta de que ese jardín de inocencia que Disney había creado para ti es una basura, mentiras disfrazadas con vestiditos pomposos y voces angelicales. Recuerdo que hace un año en clase de Lengua y Literatura estábamos hablando sobre los cuentos de la Edad Media y surgió el tema de Disney. Recuerdo, como si fuera ayer, cuando mi ex profesora de Lengua nos contó las verdaderas historias de los magníficos, pastelosos y perfectos cuentos de Disney. Es cuando pasas la ESO, cuando en Historia has estudiado cuál era la situación de la mujer en la Edad Media y sabes las verdaderas vidas que tuvieron esas princesas que cuando te leían los cuentos de pequeña comían perdices al final del cuento, es ahí cuando te planteas de nuevo el deseo de querer ser una princesa. ¿Y si tu padre, el rey, te hubiera casado con un desgraciado como lo eran los infantes de Carrión, que abandonaron a sus esposas, las desnudaron, les dieron una paliza y las dejaron atadas en un árbol en pleno invierno? ¿De verdad quieres seguir siendo una princesa? 

martes, 13 de noviembre de 2012

La Historia Interminable.

Hace tiempo me habría importado, quizá hace unos cuatro meses,pero ya no. Llega un momento en el que las cosas dejan de importarte tanto como antes; su importancia puede incrementar o disminuir. A los ocho años mi madre me decía: "Cuidado con la salsa de tomate que mancha y no se va", pero no me importaba, comía cual animal hambriento hasta saciarme y me daba igual si me manchaba o no. Sin embargo, ahora sí que me importa mancharme, por eso de la imagen que puedes dar a los demás; una persona con la ropa limpia es una persona cuidada. Muchos decís que no, pero la imagen cuenta más de lo que creéis. Imaginaos que sois el seleccionador de empleados de una empresa y que en un día habéis tenido dos  entrevistas, el primer aspirante al puesto de empleo es un hombre perfectamente vestido y con la ropa limpia y el segundo  aspirante es un hombre despeinado y que con sólo mirarle la camisa puedes saber qué ha comido. Lo último es muy desagradable, ¿no? A mí, sinceramente, la primera impresión que me daría es de descuidado. Si mi empresa es una empresa de moda como Inditex, ¿en quién me voy a fijar? A primera vista  pensaría "el primero sí podría trabajar en una de las tiendas de Zara", aunque claro, también habría que ver su currículum , a lo mejor el que te impresiona es Don me he comido una lasagna y un solomillo medio hecho para el almuerzo. Pero seamos realistas, las empresas de moda son muy exigentes... ¿habéis visto a alguna choni trabajando en Mango? La imagen les importa mucho, en el caso de Bershka parece ser que lo que importa es el físico, siempre que voy a las tiendas de Bershka, ya sea en Madrid o Tenerife,  me he encontrado mozos y mozas que parecen sacados de un catálogo de moda; a lo mejor simplemente tengo suerte y Dios quiere que me alegre la vista con esos [pocos] hombres dependientes de metro ochenta. Y me he ido por las ramas, ¿a qué venía todo esto? Ah ya, a lo de que ahora me importa mancharme. Otras cosa que me importa es lo que gasto, referente a dinero, a los diez años me daban la paga de cinco euros y al día siguiente iba emocionada al quiosco a comprar la nueva entrega del cómic de las W.I.T.C.H y una bolsita de golosinas. Las W.I.T.C.H, qué recuerdos... Me encantaban Hay Lin y Cornelia, eran mis dos favoritas. Cornelia por lo egocéntrica que podía llegar a ser y Hay Lin por lo creativa que era. ¿Os acordáis de por qué Caleb y Cornelia no acababan juntos? Era por lo de que él vivía en Meridian, ¿no? Mi memoria comienza a fallar... Me pareció muy random la aparición de Orube en la historia, ¿qué pintaba esta tía? Al principio era un personaje secundario, pero se le fue dando más importancia... sólo me caía bien porque le gustaban los gatos. Después de las W.I.T.C.H aparecieron las WINX. Siempre me ha parecido un poco plagio las WINX, sí, yo soy del team  W.I.T.C.H. Veía la serie porque no me quedaba otro remedio, en aquella época la tele era una basura ¿no lo sigue siendo? y no me gustaba ver las noticias. Ahora no puedo vivir sin saber qué pasa en el mundo, pero claro, no desde la televisión; a los once  años apareció un gran amigo: inteligente, informativo, divertido pero a la vez mentiroso: El Internet. Comencé con la tontería del MSN, los minijuegos de vestir chicas y maquillarlas, el Youtube, las series anime, los minijuegos chorras, Cálico Electrónico... En resumen: cosas para niños. Ahora es Twitter, Tuenti, Facebook, Blogger, MSN, Youtube, Interpals, Manga Reader, el periódico de La Vanguardia... Son cosas que a esa edad pensaría que son aburridas.Me he dado cuenta de que con el paso de los años las costumbres se pierden, y es una pena. Bueno, eso no viene a cuento del todo, pero es algo que pienso y me gustaría exponer. Y bueno, por hoy termino, mañana si me encuentro con ganas de escribir seguiré relatando lo que iba a contar, a lo mejor recuerdas que esto comenzaba con un  "Hace tiempo me habría importado, quizá hace unos cuatro meses,pero ya no". He hablado de mancharse con salsa de tomate, de entrevistas de trabajo para empresas de moda, de las W.I.T.C.H, de las WINX, del uso que le daba al Internet a los once años... pero no os he hablado de lo que venía a hablar. Esto se alarga y mi intención no es escribir un testamento, buenas noches y hasta la siguiente entrega.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Hija que espera el regreso de su padre, llora hasta que tus lágrimas se conviertan en la sangre derramada en el campo de batalla.

 Hueles a pólvora, a carne quemada, a sangre coagulada; a herida infectada. 

Tres años y doce días. La guerra aún no ha acabado y no tenemos noticia tuya. Cada noche rezo, a pesar de no ser una fiel creyente, rezo para que sigas vivo. La niebla ha rodeado nuestra casa y no sé cómo ahuyentarla, cuando tú estabas todos los días eran soleados. Dime, ¿dónde te has escondido? Ya he mirado en la buhardilla, en los armarios, en la caseta del jardín, ¿dónde estás? Qué pregunta más estúpida, estarás escondido en un búnker y detrás de las trincheras. No ha cambiado, en absoluto, eso debe de ser como cuando jugábamos en casa; se trata de esconderte y que no te pillen, ¿cierto? Aunque en casa lo máximo que recibías eran cosquillas, allí son balas. Anoche soñé contigo, creo que deberías saberlo. Tu casco contaba con unas siete hendiduras, tu rostro estaba manchado y tus ropas apestaban a gangrena. Te pregunté si querías bañarte y jugar como en los viejos tiempos. "He visto a tu madre" Murmuraste casi imperceptiblemente mientras las lágrimas brotaban de tus rojizos ojos. Fue cuando yo, confusa, te respondí "Madre murió al darme a luz". 

+¿Qué te pasa?

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martes, 6 de noviembre de 2012

She.

Maquillada, con minifalda, con tacones, de peluquería. Así la veis todos los días.



Desmaquillada, con una camiseta mía -que se apropió para dormir-, con babuchas de gatitos grises, despeinada. Así la veo todas las mañanas y noches de mi vida. De esta segunda manera incluso me parece más hermosa.

lunes, 5 de noviembre de 2012

#6

Tímido. Narcisista. Con ese toque de egocentrismo que tanto me encanta. Perfeccionista. Calculador
Él es todo eso y mucho más, el problema es que vosotros no conocéis ese "y mucho más".

domingo, 4 de noviembre de 2012

Simplemente; me encanta.

Y esa sería yo si mi padre me dijera que mi grupo favorito viene a Madrid.

Coffee.

I love the pictures about coffee, however I don't like it, I prefer tea. Black tea is one of my favourites. In summer I usually drink iced green tea with  lemon (I don't know how to explain... In Spanish is "Granizada de té verde con limón" I don't know how to say "granizada", I looked up in the dictionary but the word is from weather...... Tomorrow I will ask to the teacher the exact word
(╯°□°)╯︵ ┻━┻).




















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—¿Amor? Mi mirada aún no ha transmitido eso. Aunque escriba bastante sobre ese tipo de sentimiento… ¿qué es el amor? Hablar de algo no significa conocerlo, y en este caso, aunque yo escriba bastantes relatos sobre dicho sentimiento, aún no sé qué es, para mí sigue siendo algo desconocido.
 —Amor solo es una palabra para definir unos sentimientos. Sentimientos que a veces son indescriptibles y que no puede ser añadida ninguna definición, todo lo que se puede hacer es demostrarlo con el afecto, y si un simple beso pudiese demostrarlo, daría mi último aliento por poder darlo. Siento que aún no lo haya experimentado, pero siempre debe estar preparada para el sufrimiento, sin eso, no hay amor.El vaho salió lentamente de su boca.
No existe la sombra sin la luz. ¿Darías tu último aliento?
—Si, lo más seguro. Yo no podría vivir sin amor.
—Creo que nadie sería capaz de vivir sin él.
—Hay gente que vive sin él, aunque se trate de un falso amor. ¿Cree que algún día podrá experimentarlo?
—Supongo, pero aún no he encontrado a la persona adecuada.

Ambos se miraron, el silencio se prolongó hasta tornarse incómodo.


—Espero que tenga suerte en encontrarla, aunque pensándolo… una mujer como usted no debería de necesitar tal suerte para encontrar el amor verdadero.
—¿Como yo? Creo que sí, que necesitaría una dosis de suerte.Miró a su té, que comenzaba a enfriarse.
—Creo, si me lo permite decirlo, una dosis de confianza.
—¿Venden pastillas de confianza en alguna parte? Porque necesitaría un par.Bromeó.
—Yo creo que simplemente aprendería a tener confianza con el tiempo, y con una pequeña dosis de paciencia. Si no, ya encontrará a alguien que le enseñe a tener confianza… o quizá esa persona ya la haya conocido y usted no lo sepa. Si algún día la ofende puedo yo enmendar algún error de esa misma manera.
—Pues me gustaría saber quién es esa persona. ¿Ofenderme? ¿Enmendar algún error de esa misma manera?
—La gracia esta en no saber quién podría ser esa persona. Las cosas sencillas acaban siendo aburridas. Enmendarlo pudiéndole ayudar a tener confianza en sí misma y a valorarse.
—Cierto, las cosas sencillas acaban siendo aburridas. ¿Y cómo lo harías?
—Teniendo confianza en ambos y, quizá, conociéndonos mucho más. ¿Qué hay mejor que poder conocer a una persona lo suficiente como para poder llegar a ayudarla cuando tenga problemas? Es la mejor forma, y aún mucho mejor si esa otra persona tuvo sus mismas o similares dificultades referente a  confiar en uno mismo. Pero bueno, eso ya entra en sus decisiones, tampoco hace falta que lo entienda, deje que el tiempo siga adelante.
—Lo entiendo tomó un trago del templado té– y aunque lo desee, no soy capaz de parar el tiempo.

#5

If you don't fight for what you want, don't cry for what you lost.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Vampyyri.


Sus ojos brillaban tras la máscara, su blanquecina piel competía con la de la dama más cuidada del país y su cabello llegaba hasta las caderas. Mi mirada se quedó minutos sobre él, sobre aquel ser que no parecía humano. Sus movimientos eran ágiles, su casaca apenas se movía cuando bailaba. La luz del salón hacía que su chaqueta reluciese, una chaqueta roja con bordados de hilo de oro; no pasaba desapercibido. Cogí una copa de vino y me acerqué para hablar con la anfitriona sobre aquel misterioso hombre. “¿Quién es?” Pregunté mirándolo de reojo. “¿Ese joven? Creo recordar que es Phillip Homm, el hijo del médico” Mi vista no se separaba de él. Durante el vals Phillip me miró, lo que me incomodó y salí al balcón para no incordiar con mi inquisitiva mirada, mas era imposible, Phillip poseía un aura incomparable. El frío se coló por mi traje y me arrancó un temblor. “¿Tiene frío, señorita?” Me giré para ver quién se acercaba, era Phillip. “Mi nombre es Phillip Homm, aunque creo que ya se lo han dicho” Sonreí y me acerqué, Phillip llevaba dos copas y me entregó una. “Mi nombre es Agnès Lacroix” Cogió mi mano y la besó, sin erguirse me miró, un extraño matiz rojizo destelló cuando fijó su mirada en mis ojos. “Su máscara es interesante” Dije para evitar comentar sobre aquel insólito matiz rojizo. “Es de Venecia, un regalo de la familia” Caminó hacia el balcón y se apoyó en él. “¿Sabe, señorita Agnès? Estas noches me encantan, de hecho, amo la noche; –Respiró hondo- el frío, el silencio, la escasa luz… Todo es perfecto” Me apoyé en el balcón a su lado y tomé un trago. “La noche es tranquila” comenté. “Y perfecta para hacer cosas que los demás no deban saber” Miré a Phillip. “¿Cosas, como qué?” Phillip sonrió maliciosamente. “Cosas” Zanjó. La copa estalló en mi mano y grité del susto, Phillip me miró aturdido. “¿Estás bien?” Preguntó mientras cogía mi mano, que estaba empapada por el vino. “Eh, sí, no sé lo que ha ocurrido” Reí nerviosamente. Phillip se acercó a mi mano y la miró firmemente. El matiz rojizo relució de nuevo. Phillip tragó saliva y apartó la mirada. “¿Ocurre algo?” Pregunté. Phillip se acercó a mi rostro. “Si te dijera que soy un hijo de la noche… ¿me creerías?” ¿Hijo de la noche? ¿A qué se…? La vista comenzó a nublárseme y un dolor punzante apareció en mi cuello, dolía pero era como si estuviera drogada, las piernas me temblaban y no podía mantenerme de pie. Phillip me apoyó sobre el balcón y me agarró para que no me cayese, yo me aferré a su casaca para más seguridad. No entendía lo que ocurría, pero tampoco me sentía insegura.

jueves, 1 de noviembre de 2012

To Mom, from her son.





 Es aquella nana que me recuerda mi infancia, esa nana que siempre me cantabas. Aquella desolada mansión en mitad de la nada, apartados del mundo, donde sólo tu hermosa voz me acompañaba. Padre siempre estaba fuera de casa y apenas le veía, en cambio tú pasabas día y noche en mi habitación cantándome, y de vez en cuando sacándome a dar una vuelta por los grandiosos jardines que rodeaban la gran casa. Una casa vacía de sentimiento donde vivíamos, una casa donde poder esconderte, perderte y nunca encontrarte. Me prometías el cielo y el mar, un hermoso mundo del cual poder disfrutar, un mundo donde poder ser libre. Ahora que no estás mi vida ha cambiado, ahora que vivo fuera de esas paredes que me protegían, mi vida ha sufrido grandes estragos, soy esclavo de mis sentimientos, soy esclavo de lo que tú siempre me contaste con tanta calidez. Quizá aún sea ese niño que se escondía detrás de su madre, quizá sea aún ese niño que miraba a la luna como si fuera la cosa más bonita que podrá ver en la vida, quizá no estuviera preparado para este cambio y añore tu voz y tu cariño.

#4


Inconscientemente siempre cogías mi mano, sin llegar a pensar que se pudiera originar en mí un sentimiento tan fuerte. Me cogías la mano, me mirabas y me sonreías; esa era la rutina. Una y otra vez lo hacías, pero con el cariño de la amistad de apoyo, aun yo queriendo que ese cariño variase durante unos minutos. Me sonríes y me miras, regalándome sin condiciones lo que nunca será de mi posesión totalmente. Algo de lo que disfruto pero que  me hace esclavo, quizás sea un dolor dulce, un dolor cálido; un dolor que soportaré en esta amistad por ver tu sonrisa cada mañana, por sentir el tacto de tu suave mano en mi áspera piel.

You're my sin.


 (..) me miró con sus característicos ojos de chico inmaduro, con lágrimas a punto de desbordarse de sus ojos. Le odiaba por hacerme sentir aquello, cada vez que le veía, siempre caía en la tentación; él era mi pecado. Cogí su barbilla y le miré profundamente, me perdía en sus oscuros ojos sin saber lo que sentía. Me incliné hasta posar mis labios sobre los suyos. El cálido tacto de su piel me estremecía entero y la adrenalina se apoderaba de cada centímetro de mi ser.
Le besé de forma suave y lenta, un beso intenso y reconfortante. Me separé unos centímetros de su rostro.
-Te necesito… Como un corazón necesita un latido por débil que sea.-Susurró.

Deslicé mi mano por su rostro, deseando cada gesto suyo, cada sonrisa, cada mirada.
Era tarde para arrepentirse.

"Perdón"




Sólo buscaba ese suspiro arrancado de tu garganta, ese suspiro que me hacía soñar, ese suspiro que me hacía feliz. Tus sencillas palabras hilvanadas entre sonrisas, miradas cristalinas que decían más que tus cuerdas vocales, caricias dulces, expresiones rebeldes. Me fui ahogando lentamente en el orgullo de no pedir perdón, me fui ahogando en mis propias lágrimas, cavando yo mismo mi propia tumba. Qué difícil es pedir perdón cuando las cosas se han complicado, qué difícil es pedir perdón cuando tú eres el que agrava la situación. Simplemente una persona egoísta, orgullosa, narcisista y egocéntrica como yo no es capaz de pedir perdón.
Andabas detrás de mí siempre diciendo "te quiero" y yo esquivaba tus palabras. Andabas detrás de mí pidiendo perdón por cosas insignificantes y yo te ignoraba. Te gritaba por cualquier nimiedad.
Solo te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes; cuando te vi abrazada a él sentí que mi pequeño jardín de ilusiones se incendiaba. Fue entonces cuando por primera vez lloré, cuando mi corazón se encogía, cuando me dolían los pulmones de mi entrecortada respiración; fue cuando me di cuenta de que estaba enamorado.

Dicen que cuando abusas de algo se gasta.


Siempre buscó el cariño de los demás, la aprobación de sus decisiones, un cuerpo que le diera ese calor que siempre le faltó en su casa. Sus padres nunca fueron afectivos con él, directamente no tuvo una familia en su infancia y su adolescencia fue la menos deseada por cualquier persona: alcohol, tabaco y mentiras. Se evadía de sus problemas en la música, en aquel conjunto musical. Lo tenía todo: dinero, buenas notas, amigos… pero le faltaba algo. Las personas vienen y van, ¿no? Pues en su caso se iban las más importantes y se quedaban los superficiales. Dicen que cuando abusas de algo se gasta y en este caso fue su credibilidad la que se gastó, mentira tras mentira fue oscureciendo su vida a brochazos, borrando a sus seres queridos y sustituyéndolos por la primera persona que le dijera de ir a cogerse la cogorza del siglo. Como una veleta, así era él, cambiante. Si un día deseaba la vainilla al día siguiente la odiaba y ansiaba la canela, dependiendo del viento giraba en más de una dirección, siempre y cuando la corriente fuera de su agrado.  Vodka y cigarrillos de chocolate—quizás ellos fueran sus mejores amigos—, el tabaco de fresa quemado en una shisha a medio terminar –que era su única compañía por las noches— y la sonrisa de su ídolo eran  sus  únicos sustentos. ¿Qué fue de todas aquellas sonrisas, todas esas anécdotas, todos esos secretos confesados?  ¿Así, tan rápido se ha ido todo? Un reloj de arena contaba nuestros días y unas tijeras amenazaban con cortar todo lazo de unión entre los tres. 

Haruki Murakami; De qué hablo cuando hablo de correr. 2.


“(…) la cualidad indispensable para un novelista es, sin duda, el talento. Si no se tiene absolutamente nada de talento literario, por más que uno se esfuerce, nunca llegará a ser novelista. (…) la siguiente cualidad que necesita un novelista, contestaría sin dudarlo que la capacidad de concentración. (…) Después de la capacidad de concentración, es imprescindible la constancia”

Haruki Murakami; De qué hablo cuando hablo de correr.



Recuerdo en particular a dos jóvenes corredores que se llamaban Tomoyuki Taniguchi y Yutaka Kanai. Ambos estaban en la segunda mitad de la veintena. Creo que provenían del Club de Atletismo de Waseda y que, en su época universitaria, participaron en el maratón de relevos de Hakone. (…) Pero, en Hokkaido, durante una concentración de verano, tuvieron un accidente de tráfico en uno de los desplazamientos y los dos fallecieron en él.
(…) También ahora, cuando corro por las mañanas por el circuito de alrededor del Palacio Imperial de Akasaka o por Jingu Gaien, me acuerdo a veces de ellos. Hay momentos en los que hasta tengo la impresión de que voy a encontrármelos corriendo de frente a mi, en silencio, exhalando vaho blanco por la boca. Y siempre pienso lo siguiente: los sentimientos de ambos, que soportaron tan duros entrenamientos, sus proyectos, sus sueños, los deseos y esperanzas que albergaban y que ahora se han esfumado… ¿a dónde han ido? ¿Acaso nuestros sentimientos desaparecen y se pierden así, sin más, de un modo tan frustrante, cuando muere nuestro cuerpo?