miércoles, 31 de octubre de 2012

Ash.

 El egocentrismo hizo acto de presencia y la última página del libro ardió como si todo hubiera sido en vano, el final de aquella historia se hacía cenizas al mismo tiempo que una llama consumía el papel y de las ciento cincuenta páginas brotaba un humo grisáceo. Miraba la escena sin parpadear, la luz del fuego arrancaba miles de destellos de sus húmedos ojos. Su boca se entreabrió para decir algo, pero las palabras se atascaron en su garganta y no emitió ningún sonido.

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