Hace unas semanas hice mis primeras galletas, no quedaron
como esperaba pero a ellos les gustaron. Aparentemente tenían buena pinta, las
mordías y te dejabas los dientes, así que había que morderlas de lado; con las
muelas. De sabor estaban ricas, de hecho uno de los que comía galletas me puso
un 7 de nota ya que el sabor era bueno. Había cuatro tipos de galleta: Una
cruz, una luna, los pececitos y las galletas redondas. Las últimas las hice por
comodidad. Comencé con la masa a las 16:53 y terminé de hornearlas y separarlas
en tuppers a las 19:00 pm. ¿Por qué tardé tanto? Porque no tengo moldes e hice
las formas de las galletas con un cuchillo muy afilado. Que se note que estoy en el bachillerato de artes plásticas, eh.
Las galletas redondas fueron más fáciles de hacer, pero no os voy a contar mi
secreto—hohohohohoho— bueno, en verdad las hice con algo que podría catalogarse
como molde auxiliar, ¿sabéis estos vasitos de cristal de los yogures de La
Lechera? Pues es una buena manera para hacer galletitas redondas. Os preguntaréis
¿por qué una cruz, una luna, los pececitos y las galletas redondas? Bueno, lo
más probable es que no te lo preguntes, pero me hacía ilusión escribirlo. La
cruz y la luna eran para dos personas (también cogieron de las redondas, si mal
no recuerdo), las galletitas redondas las hice para quien quisiera coger, y luego los pececitos eran por una promesa y es una
historia muy larga. La segunda vez que hice galletas salieron mejor, una moza
llamada Marina –a la que le di la galleta en forma de luna— me dijo que echase
aceite y leche a la masa –en la receta no me decía nada—, y lo eché, quedé bastante
contenta con el resultado ya que no estaban tan duras. Volví a hacer las
galletitas en forma de pescado y las redondas. Las hice el miércoles de huelga,
me encontraba mal y me quedé hasta las 17:00 pm en cama, luego me levanté asqueada de estar encerrada y como ni
me apetecía conectarme ni leer me puse a hacer las galletas. El día anterior
Dan –quien me puso un 7— me preguntó “¿Cuándo vas a volver a hacer galletas?
¿La próxima semana, dentro de tres días, mañana, hoy…?” y le dije que a lo
mejor hacía –“a lo mejor” porque pensé que no había azúcar o huevos en la
nevera—. Al llegar a casa miré la nevera y abrí el armario donde está el
azúcar, como había me propuse hacerlas el miércoles. Bueno, a lo que
iba, cada vez que haga galletas para llevar al instituto haré en forma de
pescado para Dan y quien quiera pedirme formas que me las pida, que es muy
divertido hacerlas. Hasta la próxima crónica sobre galletitas, ya os contaré cómo
han quedado, espero ir mejorando con el tiempo~
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