domingo, 18 de noviembre de 2012

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Supongo que te preguntarás qué tal estoy. Estoy bien, aunque no lo parezca. Cada día te echo más de menos y  por mucho que lo desee no puedo volver al pasado para verte de nuevo. Dicen que el pasado no puede editarse, dicen que lo que hay que hacer es aceptarlo, pero a mí me gustaría editarlo. Si pudiera volver a esa noche, si pudiera hacer algo para que no ocurriese... No me importa el precio que deba pagar, simplemente quiero volver a estar contigo, que volvamos ser lo que un día fuimos y llamar las cosas por su nombre. Últimamente siento que ya nada me importa, porque lo que más me importaba eras tú y te perdí.¿Sabes? Me es difícil querer a las personas, nadie me contó que después de esa noche esto me ocurriría, cuando lo pierdes todo cambias, y tú eras mi todo. Me he vuelto distante, callada, solitaria; lo que antes no era. Recuerdo ese día como si fuera ayer, recuerdo esa semana como si acabara de finalizar. Aquellas palabras que pronunció la doctora hicieron que mi mundo se desplomase, para mí ese día fue el fin del  mundo. Todo ha sido demasiado rápido. ¿Cómo quieres que lo acepte? Nunca aceptaré el pasado por mucho que quiera. Pensar en que sólo tengo dieciséis años y que me queda una larga vida sin ti hace que me  desplome, últimamente me entra bastante la bajona por eso. No sé que va a ser de mi vida, ¿quién cuidará ahora de este voluble ser? ¿Quién le hará confiar? ¿Quién le enseñará a querer?

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