martes, 13 de noviembre de 2012

La Historia Interminable.

Hace tiempo me habría importado, quizá hace unos cuatro meses,pero ya no. Llega un momento en el que las cosas dejan de importarte tanto como antes; su importancia puede incrementar o disminuir. A los ocho años mi madre me decía: "Cuidado con la salsa de tomate que mancha y no se va", pero no me importaba, comía cual animal hambriento hasta saciarme y me daba igual si me manchaba o no. Sin embargo, ahora sí que me importa mancharme, por eso de la imagen que puedes dar a los demás; una persona con la ropa limpia es una persona cuidada. Muchos decís que no, pero la imagen cuenta más de lo que creéis. Imaginaos que sois el seleccionador de empleados de una empresa y que en un día habéis tenido dos  entrevistas, el primer aspirante al puesto de empleo es un hombre perfectamente vestido y con la ropa limpia y el segundo  aspirante es un hombre despeinado y que con sólo mirarle la camisa puedes saber qué ha comido. Lo último es muy desagradable, ¿no? A mí, sinceramente, la primera impresión que me daría es de descuidado. Si mi empresa es una empresa de moda como Inditex, ¿en quién me voy a fijar? A primera vista  pensaría "el primero sí podría trabajar en una de las tiendas de Zara", aunque claro, también habría que ver su currículum , a lo mejor el que te impresiona es Don me he comido una lasagna y un solomillo medio hecho para el almuerzo. Pero seamos realistas, las empresas de moda son muy exigentes... ¿habéis visto a alguna choni trabajando en Mango? La imagen les importa mucho, en el caso de Bershka parece ser que lo que importa es el físico, siempre que voy a las tiendas de Bershka, ya sea en Madrid o Tenerife,  me he encontrado mozos y mozas que parecen sacados de un catálogo de moda; a lo mejor simplemente tengo suerte y Dios quiere que me alegre la vista con esos [pocos] hombres dependientes de metro ochenta. Y me he ido por las ramas, ¿a qué venía todo esto? Ah ya, a lo de que ahora me importa mancharme. Otras cosa que me importa es lo que gasto, referente a dinero, a los diez años me daban la paga de cinco euros y al día siguiente iba emocionada al quiosco a comprar la nueva entrega del cómic de las W.I.T.C.H y una bolsita de golosinas. Las W.I.T.C.H, qué recuerdos... Me encantaban Hay Lin y Cornelia, eran mis dos favoritas. Cornelia por lo egocéntrica que podía llegar a ser y Hay Lin por lo creativa que era. ¿Os acordáis de por qué Caleb y Cornelia no acababan juntos? Era por lo de que él vivía en Meridian, ¿no? Mi memoria comienza a fallar... Me pareció muy random la aparición de Orube en la historia, ¿qué pintaba esta tía? Al principio era un personaje secundario, pero se le fue dando más importancia... sólo me caía bien porque le gustaban los gatos. Después de las W.I.T.C.H aparecieron las WINX. Siempre me ha parecido un poco plagio las WINX, sí, yo soy del team  W.I.T.C.H. Veía la serie porque no me quedaba otro remedio, en aquella época la tele era una basura ¿no lo sigue siendo? y no me gustaba ver las noticias. Ahora no puedo vivir sin saber qué pasa en el mundo, pero claro, no desde la televisión; a los once  años apareció un gran amigo: inteligente, informativo, divertido pero a la vez mentiroso: El Internet. Comencé con la tontería del MSN, los minijuegos de vestir chicas y maquillarlas, el Youtube, las series anime, los minijuegos chorras, Cálico Electrónico... En resumen: cosas para niños. Ahora es Twitter, Tuenti, Facebook, Blogger, MSN, Youtube, Interpals, Manga Reader, el periódico de La Vanguardia... Son cosas que a esa edad pensaría que son aburridas.Me he dado cuenta de que con el paso de los años las costumbres se pierden, y es una pena. Bueno, eso no viene a cuento del todo, pero es algo que pienso y me gustaría exponer. Y bueno, por hoy termino, mañana si me encuentro con ganas de escribir seguiré relatando lo que iba a contar, a lo mejor recuerdas que esto comenzaba con un  "Hace tiempo me habría importado, quizá hace unos cuatro meses,pero ya no". He hablado de mancharse con salsa de tomate, de entrevistas de trabajo para empresas de moda, de las W.I.T.C.H, de las WINX, del uso que le daba al Internet a los once años... pero no os he hablado de lo que venía a hablar. Esto se alarga y mi intención no es escribir un testamento, buenas noches y hasta la siguiente entrega.

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