Maquillada, con minifalda, con tacones, de peluquería. Así la veis todos los días.
Desmaquillada, con una camiseta mía -que se apropió para dormir-, con babuchas de gatitos grises, despeinada. Así la veo todas las mañanas y noches de mi vida. De esta segunda manera incluso me parece más hermosa.
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